
¿Qué es la infraestructura de TI?
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Configurar un ambiente estable, donde la temperatura y humedad no fluctúen es crucial para asegurar el funcionamiento óptimo de los servidores. Variaciones constantes de humedad y temperatura afectan el rendimiento de los dispositivos electrónicos, acelerando su desgaste y por ende el surgimiento de fallos técnicos.
Los centros de datos y servidores se han convertido en el núcleo de las operaciones tecnológicas vitales de muchas empresas, por lo que es imprescindible que estos funcionen establemente. Un elemento crítico que puede alterar este funcionamiento es la temperatura. Un adecuado control, gestión y regulación de la temperatura no solo contribuye a la estabilidad, sino que eleva la eficiencia y la longevidad de los equipos.
Acumulación de calor por un ineficiente control térmico puede conllevar a interrupciones en el servicio, pérdidas de datos y roturas de equipos, lo que se traduce en pérdidas significativas tanto en términos de información, clientes y financieros.
Numerosos estudios pueden consultarle en línea sobre los rangos de temperatura ideal en un rack de servidores para un funcionamiento estable de los diferentes equipos tecnológicos que conforman una sala de servidores o datos.
Tomando como referencia las publicaciones de la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE por sus siglas en el idioma inglés) el rango de temperatura recomendado para las salas de servidores se sitúa entre los 18°C y 27°C, según los estándares de la industria.
La ASHRAE sugieren mantener los rangos antes mencionados para asegurar la máxima eficiencia y evitar problemas relacionados con el sobrecalentamiento (fallos en componentes sensibles como circuitos integrados, discos duros, enrutadores, cortocircuitos, entre otros).
Aunque estas recomendaciones son generales, se debe tener en cuenta que la temperatura óptima puede variar dependiendo de las características específicas de cada equipo y su configuración. En la práctica podemos encontrar, por ejemplo, que equipos de alta densidad pueden requerir temperaturas más bajas para mantener su óptimo rendimiento.
El sobrecalentamiento puede causar varios problemas en los servidores, afectando a cada uno de sus componentes, siendo los más significativos:
Los daños no solo se producen en los componentes antes descritos, todos los elementos dentro del local de servidor, será afectado ante la exposición prolongada al calor excesivo.
Estudios muestran que la temperatura máxima admitida en una sala de servidores no debe superar los 35°C. Superar este límite puede presuponer un riesgo a la infraestructura del servidor y la continuidad del servicio.
Los componentes electrónicos tienen umbrales específicos de temperatura (especificados por el fabricante) que al superarlos el riesgo de fallos aumenta exponencialmente. Un ejemplo lo constituyen los procesadores y las memorias RAM que pueden experimentar errores lógicos que afectan la integridad de los datos y la fiabilidad del sistema.
Para garantizar una temperatura adecuada en una sala de servidores o datacenter, se recomienda:
Un elemento adicional a tomar en cuenta lo constituye la humedad. Mantener un nivel adecuado de humedad es esencial para evitar problemas como la acumulación de electricidad estática o la condensación, que pueden dañar los equipos.
Se recomienda mantener la humedad relativa entre el 40% y el 60% para minimizar estos riesgos.
La gestión eficiente de la temperatura y la humedad no solo mejora la eficiencia energética, sino que también contribuye a reducir los costos operativos al prolongar la vida útil del equipo, sus componentes y minimizar la necesidad de reparaciones.
La disposición física del datacenter (altura de los techos, distancia entre armarios, etc..) y los sistemas de conexión (disposición del cableado) puede influir en la circulación del flujo de aire y por ende reducir la eficacia del sistema de refrigeración.
La realización de mantenimientos planificados y regulares, como la limpieza de filtros, extracción de polvo y la comprobación de componentes de refrigeración, son esenciales para mantener una temperatura adecuada y la eficiencia del sistema de refrigeración.
La temperatura es un indicador esencial que debe mantenerse entre los rangos de 18°C y 27°C para asegurar el funcionamiento eficiente de sus centros de datos y servidores.
Una temperatura adecuada garantiza un adecuado funcionamiento de sus dispositivos y prolonga la vida útil de todo el hardware.
Es recomendable realizar un control y monitoreo continuo de los sistemas de refrigeración, sensores de temperatura para asegurar que todo funcione correctamente.
Actuar preventivamente ante señales de sobrecalentamiento garantiza la longevidad de los sistemas y un funcionamiento ininterrumpido de los dispositivos que conforman el Datacenter.
La implementación de tecnologías avanzadas, que incluyan Inteligencia Artificial, de ser posible, es vital para enfrentar los desafíos de la gestión térmica en entornos de alta densidad.
Un ambiente controlado no solo garantiza el funcionamiento de sus servidores, sino que además protege la inversión en hardware, asegura la integridad y la disponibilidad de los datos y servicios que estos proporcionan.
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